Hemos visto de pasada que algunas personas son más predispuestas a sufrir un ictus que otras, pero, exactamente, ¿cuáles son los factores que condicionan esta predisposición? ¿se pueden evitar o paliar en la medida de lo posible?
Primero, decir que se han encontrado vínculos epidemiológicos entre los ictus y múltiples factores de riesgo. Algunos de ellos están bien documentados, mientras que otros aún deben ser confirmados. Los factores de riesgo pueden clasificarse como modificables, potencialmente modificables y no modificables. En cualquier caso la asociación de factores de riesgo incrementa el riesgo de ictus. Es importante detectar pacientes con factores de riesgo no modificables ya que, aunque éstos no se puedan tratar, identifican sujetos de alto riesgo en lo que la coexistencia de factores modificables exige un control preventivo más estricto.
En otras palabras, aquellos que posean factores de riesgo no modificables (como factores hereditarios) deben someterse a un control más estricto a fin de reducir los factores de riesgo que sí se pueden modificar (como el tabaquismo), para reducir la probabilidad de sufrir un ictus.
Citaremos los factores de riesgo no modificables y los modificables; no obstante, detallaremos sólo los más relevantes o los que se puedan modificar de forma beneficiosa.
No modificables: edad, sexo, factores hereditarios (presencia de antecendentes de ictus en familiares), raza/etnia y localización geográfica.
Modificables: hipertensión arterial, cardiopatías, tabaquismo, anemia de células falciformes, AITs previos y estenosis carotídea asintomática.
--> La hipertensión arterial (HTA): de todos los factores de riesgo que contribuyen al ictus, la HTA es el más poderoso. Las personas con hipertensión tienen un riesgo de sufrir un ictus de cuatro a seis veces más elevado que el riesgo de los que no tienen hipertensión. Además, de las personas que sufren ictus, un 40 a un 90 por ciento tienen HTA antes de ocurrir el accidente cerebrovascular. Por lo general, se considera que un adulto padece hipertensión arterial a partir de 140mmhg de presión sistólica y de 90mmhg en la diastólica.
El impacto de la hipertensión en el riesgo total de ictus disminuye a medida que aumenta la edad, por lo que otros factores adicionales desempeñan un papel mayor en el riesgo general de ictus en los adultos de más edad.
Para prevenir la HTA, y por tanto el riesgo de sufrir un ictus, se deben tomar medidas que lleven a un modo de vida saludable, tales como hacer ejercio físico aeróbico (andar, bicicleta, correr, natación, etc.), consumir una dieta sana y equilibrada, no consumir tabaco y reducir lo mínimo el consumo de alcohol. El tratamiento de la HTA se hace mediante fármacos (agentes adrenérgicos, betabloqueantes, bloqueadores de canales de calcio, diuréticos, vasodilatadores, ...) y tanto su diagnóstico como el propio tratamiento debe llevarlo a cabo un médico especialista.
-->Tabaquismo y alcohol: el consumo de cigarrillos casi duplica el riesgo de una persona de sufrir un ictus isquémico, independiente de otros factores de riesgo, y aumenta el riesgo de una persona de ictus hemorrágico subaracnoideo hasta en un 3.5 por ciento. El consumo de cigarrillos es responsable directamente de un mayor porcentaje del número total de ictus en los adultos jóvenes que en otros adultos. El consumo de cigarrillos aumenta el riesgo de una persona de sufrir un ictus al promover la arteriosclerosis y aumentar los niveles de factores de coagulación de la sangre, tales como el fibrinógeno. Además de promover condiciones asociadas a ictus, el consumo de cigarrillos también aumenta el daño que resulta de éste al debilitar la pared endotelial del sistema cerebrovascular. Esto conduce a un daño mayor del cerebro por los eventos que ocurren en la etapa secundaria del accidente cerebrovascular (de la que hablaremos más adelante).
El consumo elevado de alcohol es otro factor de riesgo modificable del ictus. Por lo general, un incremento en el consumo de alcohol conduce a un incremento en la presión sanguínea. Si bien los científicos están de acuerdo en que el consumo elevado de bebidas alcohólicas constituye un riesgo de hemorragia y de ictus isquémico, en varios estudios de investigación se ha encontrado que el consumo diario de cantidades pequeñas de alcohol tiene una influencia protectora contra el ictus isquémico, quizás debido a que el alcohol reduce la capacidad de coagulación de las plaquetas en la sangre.
--> Diabetes Mellitus: la diabetes es otra enfermedad que aumenta el riesgo de una persona de sufrir un ictus. Las personas con diabetes tienen tres veces más el riesgo de sufrirlo que las personas sin diabetes. El riesgo relativo de ictus de la diabetes alcanza el punto más elevado en los cincuenta y sesenta años de edad y disminuye después de los sesenta años. Al igual que la hipertensión, el riesgo relativo de ictus por diabetes es más elevado en los hombres a una edad más temprana y más elevado en las mujeres a una edad más avanzada. Las personas con diabetes pueden también tener otros factores de riesgo que pueden contribuir a aumentar el riesgo general de ictus. Por ejemplo, la prevalencia de hipertensión es 40 por ciento más elevada en la población diabética que en la población general.
-->Cardiopatías: después de la hipertensión, el segundo factor más importante de riesgo de ictus es una enfermedad cardíaca denominada fibrilación auricular. La fibrilación auricular es la palpitación irregular de la aurícula izquierda, o cámara superior izquierda del corazón. En las personas con fibrilación auricular, la aurícula izquierda late a un ritmo cuatro veces más acelerado que el resto del corazón. Esto conduce a un flujo irregular de sangre y a la formación ocasional de coágulos de sangre que pueden salir del corazón y trasladarse al cerebro, ocasionando un ictus.
Otras cardiopatías que aumentan el riesgo de ictus son endocarditis infecciosas (inflamación bacteriana del endocardio del corazón), estenosis mitral (malformación en la válvula mitral o bicúspide), o infartos de miocardio recientes, entre otras.
Fuentes: National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS), Sistema Nacional de Salud (SNS).
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